La drástica sanción de despido había sido tomada cinco meses por el gerente del Hospital Universitario  con la complicidad del sindicato CC.OO. Las razones ciertas de la suspensión definitiva de empleo no eran sino el considerar que los tres supervisores y profesores vinculados de la Escuela Universitaria de Enfermería eran un obstáculo para llevar a cabo el proyecto que el gerente,  Moreno, tenía previsto imponer en el centro sanitario desde una perspectiva autoritaria, antidemocrática y  de restructuración y control total de los diferentes servicios y departamentos del centro sanitario. La sentencia del Juzgado 2 de Tenerife, condena al Cabildo a reintegrar los tres supervisores en sus actividades laborales como trabajadores del centro sanitario  y profesores de la Escuela de Enfermería.