La Federación de Salud de Intersindical de Gran Canaria, expuso en rueda de prensa el malestar de los trabajadores y usuarios por el cierre de camas que se va a producir en los hospitales públicos de la Isla, pero especialmente el que afecta  al Hospital Materno Infantil ya que son graves lo problemas que se van a generar a los niños y niñas ingresados  por el cierre de camas y plantas programado para los meses de: julio, agosto, septiembre, en algunos casos octubre, y en otros con la posibilidad de prolongarse en el tiempo. Medida que no se entiende, cuando se han presentado alternativas al citado cierre por parte del personal afectado para evitar el mismo. En nuestro Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil -CHUIMI-, pretenden cerrar aproximadamente  entre el Hospital Insular y el Hospital Materno Infantil: unas 130 camas. Cifra que puede variar al alza o ligeramente a la baja, ya que oficialmente se niega la información en nuestro Complejo y en el resto de centros.

Afecta gravemente el cierre, a la calidad asistencial, especialmente hacia los más vulnerables, en nuestro caso los niños y niñas ingresados, en un Hospital que quiere acreditarse como “amigo de los niños”  basado en una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

Los trabajadores-as de los servicios afectados y por escrito, y en reiteradas ocasiones han presentado oficialmente en el registro oficial, en los meses de marzo y abril de este año  distintas propuestas, para evitar el cierre, Intersindical Canaria se ha reunido con el equipo directivo, avalando esa solicitud, ha mantenido reunidos con directivos y trabajadores, planteando entre otras cosas:

  • Mantener abiertas las plantas 5 de Cirugía, 5 de UEI, 4 de Lactantes, 4 de Especialidades y 4 de Preescolares, pero adaptando el número de camas a los ingresos existentes, asumiendo cada uno su patología. Las vacaciones del personal serían cubiertas por el personal de cada servicio sin necesidad de sustitución de las mismas. Coste 0.
  • Los principales beneficios pensando en la mejor calidad asistencial son: Ofrecer una mayor y mejor vigilancia al disponer de unas mejores condiciones con respecto a los baños, con bañeras adecuadas, comedor y zonas de entretenimiento. Al estar los niños de pediatría general ubicados en una misma unidad tendrían una mejor evaluación facultativa. Mayor motivación en los trabajadores-as al permanecer en sus respectivos servicios y no sufrir modificaciones en sus turnos.
  • Todos los beneficios planteados se basan en la experiencia de años anteriores, ya que al concentrarse a todos los niños en la 4 de Lactantes y en la 4 de Especialidades, los niños no disponen de zona recreativa y no se les permite salir de su cuna en Lactantes, en la zona de comedor no existen mesas por lo que los niños mayores de 18 meses lógicamente están irritables. En la 4 de Especialidades no existen bañeras para el baño de los niños menores, existiendo únicamente platos de ducha.
  • Los niños no están tan observados por la propia estructura del servicio como en Preescolares, situación que se agrava al no existir boxes sino habitaciones de adultos. Agravándose cuando no tienen familiares/acompañantes. La observación es más dificultosa por las características inadecuadas de las plantas donde se trasladan, en cuanto a: Control de alimentación, diuresis, ingesta, dietas especiales, alergias, etc, teniendo muchas veces que confiar en la información se traslada por parte del familiar.
  • Especialmente grave es la distribución de las habitaciones por sexo independientemente de la edad del niño, pudiendo coincidir un niño de 2 años con otro de 14, dificultando la necesidades propias de la edad, de descanso, juego, etc.
  • No existe un cuarto de quemados para bañar a los niños de Cirugía Pediátrica y curar a los quemados con la asepsia que ello requiere. Se sufren temperaturas de hasta 31 grados, con quejas continuas por parte de los familiares de los menores. Y lo que es peor, temperaturas aumentadas en los pacientes por el enorme calor.

Para evitar toda esa problemática, y fundamentado en la responsabilidad y con la única intención de ofrecer la mayor calidad asistencial a nuestros niños y niñas, se propuso toda una batería de medidas que han sido ignoradas por el equipo directivo. Y ya se le ha comunicado a los trabajadores-as nuevos destinos con su correspondiente planing en otros servicios por el cierre de sus unidades de origen. Los perjuicios a los trabajadores y trabajadoras afectados son inmensos, y que afectan a su salud laboral, a la conciliación personal y familiar, se cambian turnos y libranzas, y ello sin ningún criterio sanitario.

Anunciamos de persistirse en el cierre de plantas por parte de la Gerencia y Consejería de Sanidad, el inicio en esos meses de verano, de movilizaciones de personal y familiares de niños y niñas, en la puerta del Materno Infantil. Y responsabilizamos al Consejero de Sanidad de lo que pueda ocurrir, por su actuación temeraria y faltar al compromiso electoral de cambiar esa situación, máxime cuando se hacen propuestas a coste 0.

Nos oponemos al cierre programado de unidades en los hospitales públicos de Canarias en verano, este cierre es una medida que lejos de ayudar a resolver los problemas de la sanidad de las islas, acaba empeorándolos, no hay ninguna razón  basada en criterios sanitarios, que lo aconseje, los pacientes se reubican en otras unidades que no cuentan con la dotación específica de medios que sí tienen sus unidades de origen, o serán dados de alta prematuramente.  Es absolutamente falso como señala el Consejero de Sanidad y el Director del Servicio Canario de Salud que sea para remozar servicios el citado cierre, es una medida economicista para ahorrar, basada en los límites presupuestarios establecidos por Ley de Presupuestos de este año, que no se aleja de los ajustes y recortes brutales de años anteriores, tanto fiscales, como del gasto público, como de inversiones públicas, por lo que continuará el deterioro de nuestra sanidad pública, donde se mantiene el modelo fracasado de la austeridad. En un periodo de cuatro años los recortes han sido de 744 millones de euros en la sanidad canaria, sobre los 800 si sumamos el gasto farmacéutico no contabilizado.

La eficacia, legitimidad y autoridad en la gestión exigen la profesionalización de los gestores, así como diferenciar su papel del de los políticos, responsables últimos ante los ciudadanos de la sanidad pública. La politización de la función directiva anula la autoridad necesaria para tomar decisiones y gestionar trasformaciones, el proceso de toma de decisiones debe responder a un conjunto de reglas consensuadas de participación democrática, transparencia, responsabilidad, rendición de cuentas y obediencia a códigos de conducta.