CHEMA TANTE

Sepa quien le interese que este que está aquí tiene los tres pinchazos Pfizer y está dispuesto a poner el brazo todas las veces que haga falta.

Sin embargo, una cosa es aceptar las vacunas y otra no ver que algo pasa con las vacunas. Desde luego, si las vacunas que conta precipitación sacaron al mercado a precio de aquí te espero tuvieran garantía, las empresas tendrían muchos problemas. Nos presentaron el asunto como el milagro definitivo y ahora resulta que hay que estar repitiendo la inoculación y que la efectividad no es tan alta como dijeron.

Algo está pasando con las vacunas. Es obvio que la mayoría de contagios son de gente no vacunada, solamente faltaría, pero entre las personas pinchadas también se producen.

Por otra parte, los gobiernos del mundo no han entendido el asunto. La vacunación, lo dicen voces expertas, solamente será segura cuando sea universal. Yo, que no soy experto, lo vengo diciendo, desde marzo del 2020, cuando nos confinaron. Y universal significa eso, a todo el mundo. No se trata de vacunar a la gente rica y a la gente pobre de los países ricos, para que trabaje. Hay que vacunar también a la gente pobre de los países pobres.  Y a todo el mundo, incluso a quienes se resisten. Y como no se puede obligar, habrá que persuadir, Pero, para persuadir, es preciso informar con coherencia.

Este desastre de medias verdades que se contradicen y de medidas que se imponen y se levantan de un día para otro, no es información, sino todo lo contrario.

Y también habrá que pedir responsabilidades a las empresas que han vendido unas vacunas que demuestran no ser tan efectivas como prometieron

Chema Tante en La Casa de mi Tía