El 7 de abril, Día Mundial de la Salud 2025, la Organización Mundial de la Salud (OMS) iniciará una campaña de un año de duración sobre la salud de la madre y el recién nacido. Bajo el lema Comienzos saludables, futuros esperanzadores, mediante esta campaña se exhortará a los gobiernos a intensificar los esfuerzos para poner fin a las muertes prevenibles de madres y recién nacidos, y a dar prioridad a la salud y el bienestar de las mujeres a largo plazo.
Según las estimaciones actuales, en el mundo, cada año pierden la vida cerca de 300 000 mujeres durante el embarazo o el parto, más de dos millones de recién nacidos fallecen en su primer mes de vida y alrededor de dos millones más nacen muertos. Los sistemas de salud deben evolucionar para gestionar los numerosos problemas de salud que inciden en la salud de la madre y el recién nacido. No se trata solamente de complicaciones obstétricas directas, también se incluyen las afecciones de salud mental, las enfermedades no transmisibles, la situación social y la planificación familiar.
Intersindical Canaria, que trabaja cada día defendiendo la salud y la vida como derecho fundamental, entiende que en nuestro País, donde el gobierno canario desmantela día a día la sanidad pública, esta campaña es muy necesaria pero también de muy difícil implantación. Los modelos de gobierno deben velar por el bienestar de las personas, la equidad y la sostenibilidad medioambiental. Estos objetivos se han de plasmar a través de inversiones a largo plazo, presupuestos enfocados al bienestar, protección social y estrategias legales y fiscales para romper estos ciclos de destrucción del planeta y de la salud humana.
Pero el devenir retrogrado de los sucesivos gobiernos, actualmente en Canarias en manos de Coalición Canaria y el Partido Popular, tiende a considerar la salud como una oportunidad de lucrativo negocio, favoreciendo el desmantelamiento de los sistemas sanitarios públicos a través de la privatización, entregando ingentes cantidades de dinero de los impuestos, patrimonio de las clases trabajadoras populares y salario diferido de las mismas a las empresas privadas y compañías de seguros al tiempo que, crean ineficiencias y desprestigian a los sistemas sanitarios públicos a golpe de mala gestión, trayendo desigualdad y dificultad en el acceso a la asistencia, lo que genera incremento de la mortalidad y de la morbilidad. En definitiva, el empeoramiento de la salud de la población y también en la esfera materno infantil.
La pobreza en Canarias, inseparable del mal estado de la salud poblacional
Hablamos de, según datos del INE, de un índice de pobreza infantil cercano al 34% y de casi un 40% en la población general, donde mayoritariamente se ven afectadas mujeres y familias monoparentales. Es precisamente la falta de recursos suficientes lo que condiciona los hábitos alimenticios y de condiciones de vida a los que se puede acceder, producto todo ello de una situación de bajos salarios, bajas pensiones y altísimos niveles de precariedad laboral y desempleo, con la cesta de la compra de alimentos saludables y la vivienda más costosa del actual marco europeo. Todo ello en un modelo de desarrollo basado en el monocultivo turístico, acompañado del desmantelamiento del sector primario y cualquier otro tipo de tejido productivo.
Los peores salarios y condiciones laborales también se reflejan en la ausencia de políticas de conciliación de la vida laboral y familiar. Más concretamente, en la administración pública, en el propio Servicio Canario de Salud, la adaptación de puestos de trabajo por embarazo y lactancia se convierte en una odisea judicial. Lo mismo ocurre con la nula posibilidad y los graves obstáculos que sufren los profesionales para conciliar la vida laboral y familiar, en un servicio de prestación del derecho fundamental a la salud que tiene trabajadores al frente las 24 horas y los 365 días del año
Paralelamente, los programas de planificación familiar y atención materno infantil, van quedando sepultados bajo los recortes de plantilla de profesionales y el escaso reconocimiento de los mismos: las ratios de Facultativos, Matronas, Personal de Enfermería, y el conjunto de grupos profesionales son los más bajos del conjunto del estado en relación con la población asistida.
Desde Intersindical Canaria, añadimos que, un pilar fundamental es la existencia de unos servicios públicos, especialmente de salud, equilibradores, accesibles, bien financiados y dotados de recursos humanos y materiales, adecuados a la situación específica y a un territorio fragmentado y superpoblado que ha superado su capacidad de carga. Se hace estrictamente necesario para atender a la salud en sus vertientes biológicas, psicológicas y sociales, y especialmente en lo relacionado al embarazo, el parto, la maternidad y la infancia, además de la mejora de las condiciones socioeconómicas, potenciar todos los niveles de atención, desde la Primaria hasta la rehabilitación y la atención a la dependencia. Además de ello, como ciudadanos, tenemos que defender con uñas y dientes nuestra vida y nuestro patrimonio, utilizando las medidas de presión necesarias para, en este caso, obligar a estos inconscientes e insensibles gobernantes a defender nuestros servicios públicos, a replantear el modelo económico y poblacional, recuperar el tejido productivo y el sector primario, donde la economía esté al servicio de las personas y se centre en la salud pública y el bienestar de la población.