El Colegio profesional de Terapeutas Ocupacionales de Canarias, el cual representa a este colectivo ante la sociedad y administraciones públicas, ha solicitado la intervención urgente de los representantes de los trabajadores ante la persistente situación discriminatoria y de humillación a la que se encuentran sometidos desde el Servicio Canario de la Salud.

Porque si el valor del trabajo de los Terapeutas Ocupacionales es considerado y “premiado” con 1,82€ mensuales y son persistentemente ignorados en las ofertas públicas de empleo del SCS, con un crecimiento nulo en las diferentes áreas asistenciales que las competencias de su titulación les otorgan, es que tenemos un grave problema del que posiblemente no se quiere hablar.

Este escaso colectivo profesional, cuya intervención es imprescindible en los procesos de rehabilitación y de salud mental, continúa una lucha interminable por ver reconocidos sus derechos laborales y profesionales dentro de nuestro sistema público de salud, a pesar de los múltiples y vacíos compromisos plasmados en varias proposiciones no ley (PNL), el apoyo institucional de 20 entidades públicas, cabildos, ayuntamientos, 26 organizaciones científicas y sociales que han sido insuficientes para nuestro servicio canario de la salud, el cual ha relegado a la mínima expresión la intervención de estos profesionales y colaborado en que las funciones de estos sean minimizadas y …..obviadas, con el consiguiente perjuicio social y asistencial, ya que finalmente los damnificados son los mismos pacientes que incrementan listas de espera en rehabilitación o realizan desplazamientos de horas hasta los hospitales para iniciar tratamientos de rehabilitación casi imposibles, por los meses transcurridos hasta que les llega su turno.

No es de extrañar que nuestro sistema de dependencia se encuentre “colapsado” ya que es el mismo sistema sanitario el que contribuye a ello, olvidando incomprensiblemente la relación entre rehabilitación plena y precoz, y niveles de dependencia y autonomía de las personas.

Es simple, solo con mirar el desarrollo de esta profesión sanitaria en Europa y fuera de Europa podemos entender el nivel en el que nos encontramos.