La saturación crónica de los Servicios de Urgencias en Canarias es consecuencia del colapso del conjunto del sistema sanitario público que venimos arrastrando en las últimas décadas ante un desmedido crecimiento poblacional sin actualización y similar número de camas y recursos y una gestión gubernamental, repetidamente tóxica.
Más concretamente, en la isla de Tenerife, además de factores globales como la baja inversión reiterada en recursos humanos, materiales e infraestructuras, la sobrecarga laboral, asistencial, la precariedad y la inseguridad jurídica, nos encontramos en el Hospital de La Candelaria con un injustificado retraso en la entrega de una obra, la del Servicio de Urgencias, cuya puesta en servicio, otra vez pospuesta en el pasado final de año, vendría a paliar la situación en la que se encuentran pacientes y usuarios en el actual Servicio y, por otro lado, serviría a la hora de aplicar un verdadero plan de contingencias en el conjunto de la isla de Tenerife, donde la premura en la atención sanitaria no dependa del área de salud que por domicilio se le asigne al paciente.
Hablamos del año 2019 con cerca de seis años de espera. La obra fue adjudicada por 4 millones en el 2020, sufriendo retrasos y retomándose los trabajos en el año 2021. La necesaria inmediatez para la entrega de esta obra tiene que ver con la situación que están padeciendo los pacientes, usuarios y profesionales.
UN CONTENEDOR COMO SALA DE ESPERA DEL SERVICIO
Añadidamente, la actual sala de espera continúa durante años ubicada en un contenedor adaptado, con limitaciones de espacio y ventilación; en el área asistencial se agolpan los pacientes en camillas, sin ningún atisbo de intimidad, más allá de un biombo o cortina y sin espacio físico para que los profesionales puedan brindar en condiciones los cuidados más básicos. Así, es primordial exigir que, un nuevo edificio, aparentemente terminado, sea puesto en funcionamiento con inmediatez. Al contrario, desde la administración lo que se plantea es mantener la situación al menos, hasta finales de este año.
Desde Intersindical Canaria exigimos la inmediata puesta en marcha de las nuevas instalaciones de Urgencias de La Candelaria y consideramos que esto es otro ejemplo de cómo, la repetida gestión tóxica, prolonga y normaliza situaciones indeseables para la atención sanitaria. Mientras, de forma mediática, se centra repetidamente la problemática existente en el HUC.
Ha llegado el momento de que la Administración tenga amplitud de miras, deje de fijarse en “el dedo que señala a la luna” y que la gestión de las Urgencias en Canarias y más concretamente en la isla de Tenerife se aborde como un todo, donde los recursos de la isla se pongan a disposición de la ciudadanía para poder garantizar su derecho fundamental a la salud.