Finalmente, los cambios realizados en la reforma laboral mantiene los aspectos más lesivos de la ley: continúa abaratando a la baja el despido, mantiene el suspenso de los salarios de tramitación, deja en manos del empresario y sin control administrativo los expedientes de regulación de empleo y sustenta la potestad empresarial para modificar sustancialmente las condiciones laborales de los trabajadores.

Además, continúa posibilitando el descuelgue de los convenios por parte de las empresas y debilita la labor, por limitación de recursos, de la inspección de trabajo… También, la prioridad aplicativa de los convenios sectoriales a los de la empresa afectará sólo al apartado salarial de los mismos

Los artífices de este fraude mediante una labor de puro maquillaje progre, sitúa en una posición vergonzante al PSOE y Unidas Podemos porque han incumplido hasta el extremo su promesas de derogar la ley; a CC.OO y UGT porque, otra vez, han traicionado al conjunto de los trabajadores al apadrinar esta nueva institucionalización de las rigurosas condiciones de trabajo que afectan al conjunto de las personas trabajadoras del Estado, pero singularmente y en mayor medida, a los trabajadores canarios por su endémica condición de segregados en materia laboral y salarial frente a sus homónimos españoles.

El alcance real de las modificaciones realizadas por gobierno, la patronal y las cúpulas en CC.OO y UGT, las ha sintetizado acertadamente el expresidente Mariano Rajoy, -el artífice de reforma laboral del 2012-, afirmando que los cambios realizados suponen “unos mínimos retoques” fruto de la “política infantil” del actual gobierno de coalición”.