Desde Intersindical Sanidad -INTERSINDICAL CANARIA expresamos nuestra más firma crítica al reciente rechazo a la creación de una agencia estatal de salud pública.  Por los votos contrarios de las derechas representadas en el parlamento español. Este hecho no solo es un retroceso en los avances que nuestra sociedad había comenzado a vislumbrar en materia de Salud, sino que también responde a una falta de compromiso con el bienestar colectivo de la ciudadanía

La Agencia Estatal de Salud Pública, ya previsto desde hace 15 años en la Ley de Salud Pública se ocuparía de la detección, monitorización y elaboración de planes ante enfermedades, así como de evaluar el estado de salud de la población del Estado.

La creación de esta agencia era una demanda histórica de los trabajadores y trabajadoras del sector sanitario, quienes constantemente enfrentamos las carencias y deficiencias de un sistema de salud público que, en lugar de fortalecerse, se ve debilitado por decisiones políticas que parecen priorizar intereses particulares sobre el bien común. El rechazo a esta propuesta es un claro desprecio hacia las voces que hemos luchado por un sistema de salud más equitativo y accesible para todas las personas.

Es inadmisible que continuemos viviendo en un contexto donde la salud de la población esté subordinada a los intereses económicos y a la gestión privada. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema sanitario, instándonos a construir estructuras más fuertes que garanticen la salud pública como un derecho fundamental y no como una mercancía. 

La propuesta de creación de una Agencia Estatal de Salud Pública hubiese sido un paso crucial hacia la promoción de políticas de prevención y atención sanitaria integral.

Como representantes de los trabajadores sanitarios, exigimos, con la fuerza de nuestra voz colectiva, que se reevalúe esta decisión. No podemos permitir que la falta de compromiso político siga afectando la salud de la ciudadanía. Es hora de tomar decisiones valientes que prioricen el bienestar y la salud pública. La historia nos juzgará si no defendemos lo que es justo. La salud de la población debe estar en el centro de las políticas públicas, y no claudicaremos hasta lograrlo.