Roza ya la indignación el haber escuchado  las declaraciones del señor Clavijo, respecto a que los datos de la lista de espera de pacientes aún serían peores de los esperados. Tales declaraciones, que no pretenden propósito de enmienda, esconden el objetivo de seguir usándolas como arma arrojadiza a su extinto socio de gobierno. Pero además cuando se está produciendo un clamor social contrario a la actualgestión del servicio públicos más fundamental y el papel parasitario que ejerce el sector privado sobre la sanidad pública, el Sr Clavijo nos amenaza con un más que probable crecimiento de las políticas de concertación en un corto plazo de tiempo para -dice- acabar con las listas de espera.

Tenemos resaltar que la práctica habitual del maquillaje de las listas de espera, viene siendo denunciada desde hace mucho tiempo por Intersindical Canaria con los correspondientes desmentidos del gobierno. Al igual que la masificación de las urgencias que la administración inicialmente lo achacaba a “picos asistenciales por gripe”. Pero además, junto a la auditoría sobre las listas de espera que el Gobierno actualmente realiza, esperamos aún una relativa al número de fallecimientos de usuarios y pacientes que se producen el periodo de espera para asistencia o aquellas otras que como resultado de fracasos asistenciales, son la consecuencia directa de las carencias y recortes que sufre la sanidad pública. Sólo algunas de estas situaciones llegan al conocimiento público tras las demandas judiciales  de los familiares de las personas afectada.
Resulta vergonzoso que el presidente del Gobierno, responsable primero y último de las listas de espera en su condición de coordinador de sus Consejeros responsables de los servicios públicos,  venga ahora a presentarse como ajeno a la actual situación de crisis y emergencia sanitaria. Así, el Sr. Clavijo, ha venido siendo “colaborador necesario” desde le época de Brígida Mendoza, y sobre todo y además, aparte de las manipulaciones de las listas de espera, de la derivación injustificada de pacientes al sector privado. Ello, haciendo de actor directo de la reducción del gasto en la sanidad a finales del año pasado, con el impacto de demora que ello tuvo en las listas de espera, sin importarle sus consecuencias.
Todos los datos, encuestas y estudios de los organismos ciudadanos, profesionales, e incluso gubernamentales no vinculados al ejecutivo canario, ponen negro sobre blanco la manipulación informativa y el fraude que con la situación real de la sanidad pública práctica el gobierno canario. La gran prevalencia en Canarias de enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, las cardiovasculares, y la ramificación nociva de las mismas con una extensión hacia otras patologías, mayoritariamente mortales, hacen del País Canario, la sociedad más enferma del Estado. Súmese a ello, el menor número de sanitarios, el mayor índice de temporalidad laboral, el mayor número de concertaciones con la privada y la baja inversión por habitante que caracteriza a nuestra sanidad por una gestión manifiestamente dolosa en la gestión del Gobierno. El grave impacto que la gestión del Gobierno viene produciendo en nuestro sistema público y la demostrada voluntad del presidente del Gobierno de persistir en ella, pero también su actual debilidad parlamentaria para tomar medidas de calado en la defensa de la sanidad pública aconseja la marcha y sustitución del actual Presidente.
Además Intersindical, tras la iniciativa en estado avanzado para realizar de un pleno parlamentario monográfico sobre la sanidad, continúa desarrollando encuentros con los partidos y sindicatos para una efectiva reprobación parlamentaria y social del actual gobierno.