Una vez estudiado por parte de nuestra Organización Sindical, el Borrador del Plan de Urgencias Sanitarias de Canarias presentado por el Servicio Canario de Salud y situándolo dentro del contexto socioeconómico, de los Servicios Públicos y del actual estado de salud de los ciudadanos de la nación Canaria en relación a la atención sanitaria que reciben, podemos afirmar que, este proyecto, por inalcanzable, supone un nuevo “brindis al sol” de la Administración Sanitaria, a semejanza de otros casos anteriores de proyectos o planes que, por irrealizables, han quedado en el olvido, suponiendo, únicamente, un instrumento de lavado de cara político frente a las múltiples deficiencias que presentan en la gestión y que, a pesar de las ostentosas operaciones de maquillaje, ya no pueden ocultar.

Canarias recibe la menor inversión por habitante, posee los ratios inferiores de personal sanitario por población asistida, siendo este personal, además, el más castigado por los recortes frente al resto de los empleados públicos. La situación general de la Sanidad Canaria la sitúa a la cola del Estado español en indicadores como listas de espera quirúrgicas, para especialidades y pruebas diagnósticas, colapso de los Servicios de Urgencias, funcionamiento de la Atención Primaria, desarrollo de la cobertura socio sanitaria, niveles de salud de la población, gasto sanitario, etc. Pero eso sí, a la cabeza en ratios de mandos intermedios y de gestión, en concertaciones e inyección de capital del presupuesto sanitario público hacia la sanidad privada.

La confluencia de todos estos factores, hace que tengamos la sociedad más enferma y precarizada del Estado español y del conjunto de los Estados europeos, sobre todo, con un incremento en la prevalencia de patologías, que con las adecuadas políticas sanitarias, pueden ser prevenidas, o minimizadas sus gravísimas complicaciones. Unido a la situación de los servicios públicos en general, tales cuestiones sólo pueden ser el producto de un trato colonial hacia la Nación Canaria por parte del Estado español.

Es necesario resaltar, además, que, cuando se achaca al uso inadecuado por parte de los pacientes del colapso de las urgencias, hay que decir que, quienes permanecen en  los servicios de Urgencias, se encuentran en una situación de gravedad, que les hace susceptibles de espera por una cama hospitalaria, siendo la carencia de estas y el comportamiento selectivo de las concertaciones, las causas de que, pacientes que ya no son de urgencias, sino de hospitalización, sean hacinados de manera precaria e inhumana en los espacios aledaños a los Servicios de Urgencias Hospitalarias. En Sanidad, todo interactúa y no se puede abordar la atención de Urgencias como un ente aislado dentro del Sistema Canario de Salud, tal y como parece pretender el Plan.

La  poco probable aplicación de este Plan de Urgencias precisa el acompañamiento de una ficha financiera que supondría el abono de la deuda histórica por parte del gobierno del estado español (unos 2.000 millones de € en los últimos años), y la reversión de todos los recortes practicados en el Presupuesto destinado a la Sanidad  (unos 500 millones de €) además de equiparar la financiación a la media del Estado español.

Desde la Federación de Salud de Intersindical Canaria, proponemos se pongan en marcha las estrategias para Desarrollar el Sistema Canario de Salud orientado hacia la mejora de la Integración Asistencial, con un balance óptimo entre la Atención Primaria, Especializada, Socio Sanitaria, Salud Pública, Salud Laboral, Salud Mental, atención a las Drogodependencias, haciendo especial hincapié en las enfermedades prevalentes, el ámbito materno-infantil.  La posición de Intersindical Canaria, sobre la propuesta del Plan de Urgencias  ya ha sido hecha llegar  al Gobierno  y se  hará extensiva al conjunto de organizaciones parlamentarias.