Siempre es el mismo ritual. No importa la ideología. Las superestructuras adquieren con el tiempo sus rituales. Algunos más democráticos que otros. Se intenta mantener el tipo formalmente, aunque todo entre bastidores está decidido y amarrado. “Que me elijan los militantes” se suele exclamar, pero alguien realmente se puede mover de la foto. Contadas son las sorpresas.

Siempre, como reflejo de la dictadura, la solución parece pasar o estar en elegir a una persona. A veces si. El culto al personalismo es una herencia política nefasta que daña la cultura y el progreso. Otro tic común es arrojar a alguien a los leones para liberarse de la propia responsabilidad en el tiempo inmediato. Ocurre algo, y es que, los que estuvieron al lado, incluso aplauden sin sonrojarse, como si no hubiera tenido nada que ver con ellos, aunque fuesen mimados en un tiempo por ese al que ahora le sonríe la fatalidad. Roma no paga traidores. Y a otra cosa. Por ejemplo a rezar.

Un país que no piensa en equipo es un paìs minado por lo autoritario y el totalitarismo. Aporrear sobre la ilegitimidad de un gobierno, puede tener un callejón sin salida, si no tuviese evidencia sólida y compartida ampliamente ¿Y si la crisis no fuese de personas ni de gestionar algo, sino de una carencia sistemática de reflexión y análisis de los cambios profundos de la situación mundial, social y política? O sea, probablemente venga dada por un tacticismo de encuesta, la carencia de una estrategia para el futuro y por el temor del desbordadamiento democrático distópico. Veremos pronto si la derecha de nuestro país sigue la estela de la derecha europea. La nueva refundación, en los próximos meses, dará sentido a este último espectáculo televisivo.

Curiosamente, tres jóvenes líderes del postfranquismo han intentado vincular sus proyectos políticos a unas nuevas señas. Uno se movía en las claves derecha e izquierda, otro abanderando un partido limpio que no estuviera señalado por la corrupción por su gestión del poder, y otro, que intentó profundizar en la democracia bajo la agitación de un nuevo proceso constituyente de la democracia. Todas han salido del tablero institucional empujados. El primero por unos resultados electorales y una apuesta unilateral antes de tiempo, pero sobre todo, por no mantener el timón de lo que decía. El segundo por sus propios compañeros y compañeras del Partido, cuando los resultados no iban incrementàndose como se esperaba y el temor corrió despavorido por sus propias filas. Y el tercero, por las contradicciones que genera el propio ejercicio del poder, más aún, si tienes que diferenciarte para que no te asimilen. Un desgaste no acompañado. De ahí la sorpresa de algún diputado canario cuando ha visto la frialdad y la premura de sus colegas del Partido para no acompañarle en su revindicaciòn.

La honestidad parece que se paga en este país si no estàs en línea. No creo que esto sea coyuntural sino señales del tiempo por venir.

Serán insuficientes los cantos: que “viene la extrema derecha”, y de la primacía de nuevos estados autoritarios con base formalmente democrática. La invasion de Ukrania no está lejos se está línea continua que recorre Europa, y de su influencia y permisividad con las Distopias como inestabilidad de las democracias.

 

Que está en crisis ?.Durísimo.

 

Francisco Rodríguez Pulido

Profesor Titular Psiquitría de La ULL