No puede haber nada más indigno que escuchar a los integrantes de dos fuerzas políticas que gobiernan en pacto, aquí, en Canarias, fuerzas ambas que han contribuido a la legalización de la injusticia del abuso colonial, lavar sus “trapos sucios fuera de casa”, intentando con ello desviar la atención de la verdadera problemática social que constituye el abandono histórico y futuro de un derecho fundamental como es el derecho a la salud de los administrados canarios.

Ni uno, ni el otro; ni Clavijo ni Morera, dan argumentos o ponen sobre la mesa solución alguna, pero eso sí, el cruce de culpabilidades y acusaciones desde que en el pasado mes de agosto, saltara a los medios de comunicación que la Sanidad Pública Canaria gastaba más de lo que debía sin resultado alguno, acompañado del casto silencio mediático del señor Morera en un principio, pero diligente a la hora de engrasar el brazo ejecutor de los recortes o como ellos denominan, “ajustes”, a través de las Gerencias, algunas más obedientes que otras, para hacerlos recaer directamente sobre las espaldas de usuarios y trabajadores, fue capaz de poner “en jaque”, a una sociedad castigada hasta el hastío y que conoce de sobra que, en Sanidad, una cosa es el gasto real, lo que se gasta, y otra los presupuestos, lo que se prevé gastar. Y todos los años, la misma cantinela, el Presupuesto se agota en septiembre, desde el inicio de los tiempos: será que se presupuesta mal.

Seguros de poder desenmascarar el circo mediático de malos y buenos, culpables e inocentes; se han plantean alternativas válidas para recuperar erario público para la Sanidad: incentivos de los directivos, guardias innecesarias de directores y subdirectores médicos y de enfermería, proyectos de escasa utilidad social como trenes, tranvías, radiotelevisión Canaria, desviación de fondos del IGTE y una adecuada presupuestación Parlamentaria para el ejercicio 2017, sobre el gasto real previo a los recortes aplicados desde el año 2009, hasta el momento, unos 370 millones de €. Con esto, no sería necesaria la supresión de puestos de trabajo ni de prestaciones asistenciales.

A lo planteado, oídos sordos. A principios del mes de octubre, aparecen 15 millones de €, de los 170 necesarios para llegar a final de año, de la mano y “la bonhomía” del Sr. Clavijo. Una vez más la escena circense del Sr. Morera, hablando de insuficiencias, pero sin plantear en ningún momento la no aceptación.

Pero la escena cumbre de este capítulo de ignominias la constituye el nuevo ejercicio presupuestario. Mientras en la Mesa Sectorial de Sanidad, a principios de octubre, el consejero se jacta de haber pedido a Hacienda un presupuesto para Sanidad de 2880 millones de €., equivalente al gasto real de año 2010, lo que se aprueba es una triste caricatura, 70 millones más, que volverán a conseguir que se reproduzca este circo el próximo año, pero en Mayo. Y ahí siguen, asumiendo uno y otro, ciega obediencia a los dictados plutocráticos de los “dueños de esta tierra” y mientras, como burlones, por acción u omisión,sembrando el abuso y negando el derecho a la salud a los canarios.